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Arte y Cultura
Presentaron sus
trabajos en la Expo'98
Tres mujeres que saben coser y saben bordar
Lila Novo, Liliana Otamendi y María
Irene Islas, son tres mujeres olavarrienses que dedican parte
de su vida cotidiana a la realización de manualidades poco
comunes, como lo son el bordado chino y la realización
de puntillas al crochet.
Lila contó que desde hace
cuatro años se dedica a bordar con esta técnica,
``comencé a dar mis primeras puntadas en un centro recreativo
en la Escuela Nº 32, y después vi una demostración
del Hogar Agrícola, y me enteré que ahí también
enseñaban, y como me gustaron mucho más los matices
empecé en un curso de verano. Llegó el invierno,
y seguí, y pasaron los años y continúo en
esto que cada vez me gusta más. Para mí, esto es
una terapia'', comentó fascinada con su oficio.
Esta actividad les demanda mucho
tiempo, concurren a clase dos horas por semana para perfeccionar
la técnica, cuya gracia está en los matices y en
la acertada combinación de la gama de colores.
Cada momento libre que tienen en
la casa lo emplean para bordar o tejer al crochet, según
el caso. Como toda labor artesanal, requiere de buen gusto así
como de mucha paciencia y constancia, virtudes que, aparentemente,
a estas mujeres les sobran.
Los trabajos de bordado chino se
realizan, generalmente, sobre tela de acrocel; se calca un diseño
que sea posible de bordar empleando la técnica, y luego
se borda con una aguja y un hilo especial. Es una aguja muy finita,
parecida a la aguja ``veloz'', después se recorta, y se
aplica según la intención para la que se haya hecho.
Los colores son firmes, así
que todo se puede lavar, sin tener ningún tipo de precaución
porque nada se desarma. El punto siempre es el mismo, lo que cambia
son las técnicas que se utilizan. Todo se basa en el tope
de la aguja, que determina el cepillado y el recorte. Se pueden
hacer infinidad de cosas, como cuadros, tapices, y hasta bordar
sobre alguna prenda de vestir.
Puntillas
María Irene, también
desde hace tiempo, realiza puntillas al crochet. Esta es una tarea
que además de perseverancia y paciencia requiere mucha
atención, porque hay que contar los puntos, y estar pendiente
de que no se salgan.
Lila, Irene y Liliana, con el asesoramiento
técnico de la profesora María Claudia Pilip, expusieron
sus trabajos en la Expo '98, realizada recientemente en la Sociedad
Rural, donde tuvieron la posibilidad de mostrar a la comunidad
su labor.
Las tres se sienten inmensamente
satisfechas con los logros obtenidos a partir de la muestra, porque
desde su participación en dicho evento, las convocaron
para participar en otras muestras y exposiciones como la Exposición
de Laprida, la Feria de Santa Luisa y en el Bazar Navideña,
que se realiza todos los años en el Museo Municipal Dámaso
Arce, con la organización de la rueda femenina del Rotary.
Lo más importante para estas
artesanas fue que sintieron el acompañamiento de la gente
que asistió a la muestra. A pesar de que las ventas no
fueron buenas, el público demostró su interés
en lo que ellas producen, ``nos sentimos muy satisfechas con lo
que conseguimos en esos seis días, y fue muy importante
porque sentimos que a la gente le gustó lo que nosotras
hacemos'', afirmó María Irene.
Transmitir lo aprendido
El proyecto que tienen estas señoras,
de ahora en adelante, es poder enseñar lo que ellas aprendieron.
Les gustaría poder tener alumnas a quienes transmitirles
los conocimientos que han adquirido, después de tanto tiempo
de realizar este oficio.
Lila, Liliana e Irene, son el vivo
ejemplo de los pequeños emprendimientos que pueden desarrollar
las mujeres en el tiempo libre. Son madres y esposas, son amas
de casa y tienen iniciativa para desarrollar con empeño
una tarea artesanal única, que además les ha permitido
poder formar un grupo de amigas.
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