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ESCUELA MUNICIPAL DE CERAMICA


Fundada en 1978 durante el gobierno de Carlos Víctor Portarrieu junto con la Escuela de Orfebrería, esta escuela debió pasar por infinidad de sedes y administraciones locales de distinto signo. Pero su particularidad no está tanto en su funcionamiento ininterrumpido en medio de esos cambios estructurales y políticos, como en la discreta tarea de enseñar a moldear sueños.

La Escuela Municipal de Cerámica reúne semanalmente a casi 160 alumnos, 50 de los cuales son chicos de 6 a 12 años. Todos vienen por gusto, unos pocos esperan poder vender algún día las piezas que producen; otros se acercan por puro hobby y muchos han encontrado en esta actividad una manera creativa de olvidarse del estrés.

Su directora es Delia Galasso de Iturregui. Junto a ella, las profesoras Graciela Fachinetti , Marta Palópolo y Graciela Villa Abrile son las responsables de pasearse por las diferentes mesas corrigiendo técnicas, enseñando nuevas y haciendo observaciones sobre la práctica real de los alumnos.

Como toda escuela municipal, la de Cerámica depende económicamente de la Comuna, que aporta el valor correspondiente a los gastos de servicios públicos y manutención del edificio, su alquiler y los haberes de las tres docentes contratadas y el de la directora, designada en su cargo por concurso público.

Por su parte, los alumnos pagan un arancel mínimo, que en este caso es de ocho pesos mensuales. Pero a diferencia de otras escuelas de cerámica del país, la olavarriense no cobra el servicio de horneado , lo que constituye un inmenso beneficio para el alumnado.

Con dos hornos eléctricos (uno de ellos coce por vez un promedio de entre 50 y 60 piezas), uno de gas, uno de leña y el de raku , más el torno alfarero y un aparato llamado estrusor -que "amasa" la arcilla formando tiras de material que se usan para hacer manijas, arreglos, etc.- la Escuela brinda a sus alumnos la posibilidad de cocer sus propias piezas y de aprender múltiples técnicas.