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EL FERROCARRIL EN NUESTRA ZONA

 

El final del viaje
Así transcurrió gran parte de la historia del Provincial, en la noble tarea de marcar rumbos integradores en una sociedad en formación. Pero, como se dice popularmente, las decisiones de los gobernadores, de los que dirigen las comunidades pueden convertirse en una flor o en una piedra. Y el Provincial un día recibió la primera,.

Vino la suspensión, la racionalización del personal, la clausura lisa y llana del servicio y la estación. Idas y venidas. Reaperturas, y por fin el desmantelamiento total: como servicio ferroviario entró en la más dolorosa de las vías: las vías muertas.

Al barrio también el progreso y las autoridades municipales de aquellos días, en los papeles, "le cambiaron el nombre". Pasó a llamarse una parte Pueblo Nuevo, la otra, luego del desmantelamiento parcial del predio ferroviario, Barrio Alberdi. Fueron dos golpes, "dos pedradas", dos impactos que a muchos los hubieran destrozado. Al Provincial, no. No, por aquello del espíritu progresista de los pioneros, los valores de la familia y la amistad. La voluntad de seguir manteniendo en actividad al club del barrio y el recuerdo y el ejemplo de los que se fueron y que obligan a seguir un camino, una línea de vida acuñada en el corazón, nada ni nadie la puede cambiar.

El Provincial y su gente seguirá existiendo tal como ayer, pidiendo algo más a la gloria y al recuerdo. Una gloria merecidamente ganada y un recuerdo como éste, que rescatamos para que el forzoso paso del porvenir, no la sepulte, como muchas cosas de nuestra ciudad
que a veces no alcanzamos a ver, en los oscuros y nada merecidos olvidos.