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HISTORIA DEL DEPORTE EN OLAVARRÍA

 

Primera Carrera de Botes
En el año 1907 se agitaron considerablemente las actividades deportivas. A principios de de marzo se realiza la primera partida de caza organizada por el Club de Cazadores de reciente fundación y que integraban, entre otros, Francisco A.N. Lettieri, Guillermo Pellicione Triaca, Héctor Gainza, Ramón Otero, Emilio García Blanco, etc.

El 10 de noviembre son echados al agua con gran pompa el "Club de Cazadores", y "La Luisa" dos botes fabricados por el experto carpintero don Sábato Gubitosi y se inician así los paseos por nuestro pintoresco "Tapalqué", los que interesaron vivamente al vecindario.

Aquel día ocurrió algo interesante. En momentos en que el vecindario se arremolinaba en las barrancas, frente -más o menos- a la calle Alvaro Barros y la banda de música ejecutaba una marcha saludando la entrada de los botes al líquido elemento y mientras las palmas se batían en honor de su constructor, se vio avanzar "insolentemente" en sentido contrario a otra embarcación en cuya popa un proletario grafófono de bocina esparcía, como una burla, las candenciosas notas del tango "La Morocha%. . .

¿Qué era aquello? ¿Quién se atrevía a perturbar así la solemnidad de la ceremonia?
Eran los empleados de la Casa Gómez (hoy Rigada que con la cooperación del señor Bonel habían preparado sigilosamente aquel bote al que llamaban "EL TAPALQUE")-y luego de tenerlo oculto venía a poner una nota horreverente en el solemne acontecimiento.

La irreverencia determinó que se entablara una enconada rivalidad y como consecuencia de ella un desafío cruzó como un guantazo y el guante fue recogido...

Correrían del otro lado del "Tajamar" y por cien pesos "El Tapalqué" y "El Club de Cazadores", sobre un tramo de 12 cuadras, estableciéndose que el lugar de llegada fuera el viejo puente de hierro que había frente a donde está ahora el Parque Carlos Guerrero.

"El Club de Cazadores" era un bote ideado por su constructor y tenía a sus costados unas grandes ruedas giratorias con paletas que se manejaban a rigurosa manija...

"El Tapalqué" era a remo.
Eran las cinco de la tarde de aquel hermoso día de verano que fue el 15 de diciembre de 1907. El público, apretujándose en ambas márgenes del arroyo, ponía en las barrancas un festón polícromo, movedizo y rumoroso, en el que se hacían toda clase de comentarios y pronósticos sobre la carrera que momentos más tarde se iba a presenciar.

Como un reguero de pólvora corrió por la barranca la noticia ¡¡Largaron! !
Frente al lugar de la llegada, se agolpó la gente para ver mejor. Desde tras de la curva del "Paso de la Pampa" llegaba el rumor acompasado de los remos, un murmullo de turbina y las voces de aliento de los parciales ¡Dale! ¡Vamos! ¡Ahora!

Momentos después se vio doblar la curva a las embarcaciones. "El Tapalqué" con sus cuatro remeros compenetrados de su misión, venía con el triunfo al parecer asegurado. Tras él como a veinte metros, levantando una nube de agua con sus endiabladas ruedas giratorias, venía el "Club de Cazadores", cuyos tripulantes se relevaban en darle a la manija, andioso de dar alcance a sus rivales que ya gustaban la satisfacción del triunfo, cuando, en un descuido, fueron a encallar la proa de su embarcación en la barranca que se adentra en el arroyo, frente al "Paso de la Pampa", mientras el "Club de Cazadores" lo pasaba majestuoso, con gran regocijo de sus parciales.

Así, airoso y triunfal cruzó la línea de llegada, aventajando a su rival por más de una cuadra.
Fue esa la primera carrera de botes corrida en Olavarría. La hemos querido referir porque sobre ella se han dado las informaciones más contradictorias y porque estimamos que fue precursora de interesantes regatas corridas en ese mismo lugar, muchos años después.

En el año 1910 el "Club de Cazadores" hizo traer de Norteamérica por intermedio de don P. Michelini dos botes de acero en cuya compra contribuyeron don Ramón A. Rendón, P. Michelini, A. Arrieta, L. Giannini, J. Lanari, J. Baldane, F. Indavera, M. D. Córdoba, A. Torres Cladera y cuyas excursiones casi siempre terminaban bajo la sombra de los árboles de la orilla, siendo el mate y el asado a la criolla elementos indispensables. Estos botes se guardaban en una casilla construída al costado del Tajamar y dieron origen a la sección remo del Club Estudiantes, que en la actualidad se halla en pleno desarrollo.