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La Ciudad
En una encuesta realizada en enero del 2000, los olavarrienses
votaron por los mayores sucesos deportivos del siglo. Los resultados
fueron previsibles. Ganaron por cansacio los Gringos, La Galera,
sus cuatro títulos en la categoría más importante
del automovilismo deportivo nacional, sus batallas épicas
ante los hermanos Juan y Oscar Gálvez, sus records de velocidad,
la asombrosa válvula a la cabeza, en síntesis la
gloria acumulada en dos décadas y miles de kilómetros
por los polvorientos caminos del viejo Turismo Carretera.
El último de los hermanos,
torcuato, se despidió de esta pista de carreras que es
la vida en febrero de 1999. Su hermano Dante había subido
al podio de la eternidad en 1989. Quienes fueron los "Embajadores
de Olavarría" o "poetas de la mecánica"
para muchos, recorrieron un largo camino juntos desde su debut
frustrado en el Premio Turismo de Carretera Libertador San Martin
organizado por el Automovil Moto Club Olavarría en 1950
hasta ser los protagonistas indiscutidos de la época de
oro del TC.
En una apretada síntesis,
los hitos más importantes de su historia fueron la legendaria
creación del "Válvulas a la cabeza", o
la experiencia de Tito como preparador del motor Ford de la legendaria
"Galera", con el que revolucionó el automovilismo
argentino y posibilitó que Dante, como piloto, se adjudicara
sucesivamente los campeonatos de TC de 1962, '63, '64 y '65.
A los hermanos Emiliozzi la constante
labor en pos de mejorar el rendimiento de su Ford, y posteriormente
la famosa F-100, les valió el reconocimiento de las autoridades
de la central de la empresa en 1964, cuando fueron especialmente
invitados a Detroit, en los Estados Unidos, para visitar la planta
fabril de esa marca automotriz.
Por recomendación médica
Tito debió cambiar sus hábitos a los 53 años,
cuando fue intervenido quirúrgicamente del corazón
por René Favaloro. Dejó las carreras, pero siguió
siempre vinculado a "los fierros". Dante siguió
corriendo algunos años más, y su muerte en 1989
dejó a su hermano Tito muy afectado anímicamente.
Los preparadores de la "Galera"
-una cupecita Ford modelo 37- mantuvieron la máquina hasta
hace más de una década, cuando debieron venderla
a un particular por cuestiones económicas. Posteriormente
la Galera pasó a ser propiedad del Municipio, que la adquirió
para que sea patrimonio de los olavarrienses. Con su motor Ford
V8, la Galera acompañó hasta su última morada
al hombre que la hizo superar la barrera de los 200 km/h el 30
de marzo de 1963, en la recordada carrera de Necochea.
En 1998 las autoridades municipales
y del Automóvil Moto Club Olavarría le rindieron
homenaje, al designar con el nombre de "Hermanos Emiliozzi"
al circuito Nº 2 del flamante autódromo de Olavarría.
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